Cada vez que vemos a jugadores habilidosos realizando gestos que nos parecen imposibles con una facilidad sorprendente, siendo capaces de desplazarse a gran velocidad, controlando el balón, driblando al oponente y observando al compañero mejor colocado para darle la asistencia, es difícil no preguntarse cómo estos deportistas pueden haber llegado tan lejos.
El precio por alcanzar dicho nivel de rendimiento implica a varios factores. En las últimas décadas, los investigadores han estado claramente divididos en dos posiciones extremas. Algunos expertos propugnan que dicho rendimiento viene fundamentalmente condicionado por la herencia genética del deportista; mientras que otros investigadores argumentan que dicho rendimiento es fundamentalmente debido a la influencia del entorno del deportista.
Unos están a favor del tema "genético", según el cual, la personalidad del sujeto, sus fortalezas y debilidades, e incluso, su potencial de rendimiento viene condicionado por el genotipo. De esta manera, los factores genéticos determinan aspectos como a) las características de personalidad asociadas con la capacidad competitiva de la persona o el control emocional; b) las características antropométricas del jugador; c) las habilidades motoras como la velocidad, la potencia, la agilidad o la flexibilidad; o, d) la salud y ausencia de trastornos crónicos que imposibiliten la práctica deportiva. Por tanto, “existe una fuerte relación entre el genotipo y la adaptación al entrenamiento”.
Otros, consideran a la persona como una pizarra en blanco al que cualquier cosa que le ocurre después de su nacimiento es consecuencia de su experiencia y aprendizaje. Bajo esta perspectiva, se han identificado varios factores que contribuyen a la evolución de los jugadores expertos como pueden ser a) el hecho de haber desarrollado durante muchos años un entrenamiento correctamente planificado y estructurado o de haberlo realizado en unas condiciones adecuadas; b) la posibilidad de contar con entrenadores expertos y especializados según el momento del desarrollo del deportista; c) el apoyo ofrecido por los padres y familiares; d) la capacidad de disfrutar y divertirse realizando la actividad deportiva. Por tanto, “es muy probable que los factores ambientales provoquen más variación en el rendimiento que las capacidades innatas del jugador talentoso en cualquier dominio”.
Decir por último, que mientras en un tipo de deportes es relativamente sencillo identificar dichas cualidades fácilmente evaluables (atletismo, natación,…); en este deporte del baloncesto, resulta muy complejo encontrarlas.
"El talento es un 90 % de transpiración y un 10 % de inspiración". Pero... ¡ que dificil es encontrar jugadores que reunan talento y que se dejen todo en cada acción en la pista.
En consecuencia a estas dos reflexiones de gente muy estudiosa del basquet; yo me decanto por el segundo punto, no sé vosotros, si os parece bien, dejadme vuestras opiniones.
Viva el Baloncesto.-
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